martes, 19 de abril de 2016

Historia de la danza puertorriqueña



La Danza es la máxima expresión de la cultura puertorriqueña. Es la forma musical del Nuevo Mundo que más se asemeja a la música clásica europea por su riqueza melódica y armónica así como por su forma y caracter. Las hay románticas y melancólicas: con frases largas, armonías variadas y tres o más partes claramente definidas. Otras son alegres y festivas: de forma breve y caracter retozón. Algunas juegan entre ambas variantes, pero todas conservan la esencia que caracteriza esa forma musical.

Historia

El origen de la Danza Puertorriqueña no está claramente definido, pero la mayoría de los expertos coinciden en que sus comienzos fueron alrededor de mitad del siglo 19 (cerca del año 1840). Durante el primer tercio del siglo 19 era muy popular en la isla de Puerto Rico la contradanza española (palabra que algunos alegan es derivada del inglés "country dance"). Era éste una forma de baile muy rígido, un "baile de figuras", en el cual los danzantes tenían que hacer movimientos especificos de acuerdo a las instrucciones de un "bastonero". El bastonero era una especie de director que decidía cuantas parejas bailarían cada pieza y la posición o turno de cada persona, asignándole inclusive la pareja. El primer bailarín, quien usualmente era uno de los más expertos, realizaba cuantos movimientos y piruetas complicadas deseaba mientras los demás observaban para después imitarlo en su turno. Se dice que muchos de estos bailes terminaban con grandes discusiones, algunas de las cuales se dilucidaban en el campo del honor, debido a que alguno de los danzantes cambiaba alguno de los movimientos de sus predecesores, los cuales era imperativo seguir fielmente. El bastonero fue perdiendo popularidad y fue suprimido ya en el 1839, dando comienzo así a algunos cambios.En la década de 1840 llegaron a Puerto Rico unos jóvenes inmigrantes de Cuba , que trajeron con ellos una nueva modalidad de danza para parejas solas, cuya música tenía más cadencia rítmica de baile. La contradanza española estaba ya perdiendo popularidad, debido a su rigidez, y la nueva música comenzó a tener arraigo en el país. Esa nueva música era llamada "habanera" (gentilicio de La Habana, capital de Cuba). La habanera se bailaba en parejas de un modo libre y fue del agrado de la juventud de esa época. A principio se utilizaba música cubana, pero más tarde los compositores puertorriqueños fueron componiendo su propia música en ese estilo pero añadiendole sus propias variantes y el sabor criollo.

La primera parte, llamada "el paseo", consistía tipicamente de 8 compases en tiempo de 2/4, no tenía base rítmica pero servía de introducción tonal. La segunda parte, llamada merengue fue extendida de sus 16 compases originales a 34 ya para 1854 y hasta 130 más adelante, según escritos de Don Braulio Dueño Colón. Otras partes comenzaron a aparecer y la nueva danza fue tomando forma.
Aparentemente, esa danza original era algo vulgar y fue rechazada por la alta sociedad de ese tiempo (pero no así por la juventud), tal vez por el hecho de que al bailarla las parejas estaban muy unidas y podían hablarse calladamente al oido. Esto ocasionó que el gobernador Don Juan de la Pezuela emitiera su célebre bando de 1849 prohibiéndola, el cual no tuvo éxito en sus propósitos.
Algunos títulos de aquellas primeras danzas nos dan idea de su estilo: La sapa - El rabo del puerco - Ay, yo quiero comer mondongo - El tereque - La charrasca - y otras por el mismo estilo. Se menciona a un compositor de música bailable de apellido Santaella como autor de la mayoría de éstas, de las cuales sólo se conservan dos o tres.
Para 1870 ya está definida una nueva modalidad de la danza puertorriqueña que tiene por centro la ciudad de Ponce y por originador al pianista y compositor sanjuanero Manuel G. Tavárez quien acababa de retornar de sus estudios de piano en el Conservatorio Imperial de Paris. Tavárez estiliza y depura la danza puertorriqueña vistiéndola de galas románticas e impartiéndole un ademán gracil, propio de la obra de salón francesa. La danza ponceña, quejumbrosa y apasionada, de gran audacia y vuelo sentimental, tiene mucho de la cantilena, y revela la influencia de la ópera italiana. Su espontaneidad contrasta con el corte académico de la danza sanjuanera, que conserva muchos rasgos de la contradanza española, aunque logra una notable evolución en manos de Julián Andino (1845-1926), Casimiro Duchesne (1852-1906), Genaro Aranzamendi (1831-1889), los hermanos Mauricio (n.1842) y Hermógenes Alvarez (+1914), y los hermanos Heraclio (1837-1891) y Federico (1857-1927) Ramos.

Más adelante Juan Morel Campos, discípulo de Tavárez y el más prolífico compositor de danzas, desarrolló el género al nivel que hoy conocemos. Esta nueva danza evolucionada estaba mayormente inspirada en el amor y la mujer, lo cual se refleja en sus títulos: Margarita, Idilio, De tu lado al paraíso, Mis Penas, Laura y Georgina (una de las más exquisitas y populares, dedicada por Morel a las bellas hermanas Capó de Ponce), La Sensitiva, así como tantas otras.

Otras versiones sobre su origen

Buscando el origen de nuestra Danza se le han señalado diversas procedencias. Para Fernando Callejo proviene del danzón venezolano. Para Augusto Rodríguez y Braulio Dueño Colón (quien es el principal autor de la version presentada anteriormente) tiene su entronque en la habanera cubana. Para Tomas Millán viene de España y procede de la danza extremeña. El guitarrista Federico Cordero propulsa la tesis de que "las danzas más antiguas que se han publicado y que han llegado a mis manos" son la Danza Opus 33, compuesta por el pianista Louis Moreau Gottschalk en 1857, y La Hortensia de Juan Ginés Ramos en 1865.
Pero como todo esto se queda en el siglo pasado, surge la pregunta inquietante: ¿No tendrá nuestra danza otro posible origen más lejano en el tiempo?
En un escrito del Sr. Samuel R. Quiñones que aparece en la revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, edición de enero a marzo de 1966, nos trae éste otra interesante vertiente, muy distinta a todas las demás. Nos presenta el Sr. Quiñones la "cantiga #348" de la serie de las "Cantigas de Santa María" compuesta o mandada a componer por el Rey Alfonso X el Sabio en el Siglo XIII.
La transcripción a notación musical moderna de esa cantiga nos presenta un ejemplo claro de lo que podría ser la antecesora de nuestra danza. Tiene una parte de seis compases que podría ser considerada como el paseo. Le sigue una parte de ocho compases, con un compás adicional que podría ser considerado como de transición o puente a la tercera y última parte de ocho compases que se repiten. En el acompañamiento de la segunda y tercera parte se puede apreciar el inconfundible patrón rítmico de nuestra danza.
Dice el Sr. Quiñones, y estoy totalmente de acuerdo con su apreciación: "Conocer la música de esa cantiga es abrir una ventana de inquietud a la preocupación investigadora de nuestros musicógrafos. Es como pedirles que reabran el expediente indagador del origen de nuestra danza. Tocar u oir la música de las cantigas sera como gustar el ritmo inconfundible de una de nuestras danzas puertorriqueñas, con su paseo, con su parte bailable, con su cadencia inconfundible."
Gracias a la magia del Internet, los que tengan sonidos en su computadora pueden escuchar una interpretación electrónica y ver la transcripción de la Cantiga 348 aquí.

Forma

Tradicionalmente las Danzas se clasifican en dos tipos: románticas y festivas. Las dos variantes realmente son bastante diferentes entre sí.
La Danza consta de cuatro partes: la introducción o paseo (usualmente de ocho compases en tiempo de 2/4), un primer tema, un segundo tema y un tercer tema, cada uno de 16 compases. El tercer tema es usualmente más alegre o más melódico y en éste, el bombardino (instrumento de acompañamiento con sonido muy parecido al del trombón) deja su rol de acompañante para convertirse en solista, interpretando la melodía. Después del tercer tema hay una recapitulación del primer tema y a veces una coda para el final. Todas las partes, excepto la coda y la recapitulación, se repiten. Puede haber variantes a ésto como lo es la introducción de "puentes", o partes de 8 compases en lugar de 16, etc.
Aunque las danzas son mayormente románticas, todas se caracterizan por una peculiar cadencia rítmica en su acompañamiento, interpretada por la mano izquierda si al piano, y por el bombardino en los arreglos orquestales.
Las Danzas festivas son muy rítmicas, alegres y rápidas. Ejemplo de éstas lo son: No me toques, Sí te toco, La Cuñadita, El Ciclón, Fiestas de Santa Rosa y muchas otras. En mi opinión personal, estas danzas deberían separarse en una nueva clasificación de "Super-Festivas", pues ritmicamente son bastante diferentes a las demás (muy parecido a una guaracha). Dejaríamos el término "Festivas" para otro grupo de danzas que se pasean entre las "Super-Festivas" y las "Románticas", como: Maldito Amor, Sara, El Coquí, Un conflicto, Linda Mayagüezana, Gloria, Consuelo y otras. Éstas conservan un acompañamiento muy similar al de las románticas pero se interpretan más rápida y alegremente.
Para los músicos y estudiantes, he preparado un pequeño tratado técnico donde se abunda más sobre la forma de la danza y se analizan varias de ellas. Para verlo clickée AQUÍ .
La mayoría de las Danzas son instrumentales, ya sea para piano o para orquesta, pero hay muchas con letra. En otra sección de este documento podrá usted encontrar un muestrario de las letras de algunas de las Danzas más conocidas.

Interpretación de la Danza

La interpretación de la Danza trae mucha controversia debido a un elemento muy particular de ésta: el tresillo elástico. El ritmo de la danza es principalmente binario pero es también rico en tresillos intercalados. La elasticidad consiste en una licencia en la interpretación que permite el alargamiento o dilatación del esqueleto rítmico para darle el "sabor" que caracteriza a este género. Esto es algo puramente interpretativo y no se presta para un análisis rígido ya que va en violación a las normas de escritura musical correcta.
Si se insiste en interpretar la danza rigurosamente como está escrita, puede darse el caso en muchas de ellas que no nos suenen con la cadencia tan agradable a que estamos acostumbrados. Por eso se considera aceptable que el intérprete utilice su discreción y buen gusto en la interpretación de esas frases, de acuerdo a la tradición y no a la escritura. Es por esto que escuchamos decir que a muchos buenos músicos extranjeros les es imposible interpretar correctamente una danza, pues no conocen su cadencia y si tratan de leerla literalmente, no suena "como es". La mayoría de los compositores contemporáneos ya han realizado ese ajuste y escriben sus danzas con el figurado correcto.


Instrumentación de la Danza


El instrumento por excelencia para la interpretación de la danza es el piano. Pero, si recordamos que en sus principios la función principal de la Danza era el baile, tenemos que entender que era interpretada entonces por agrupaciones musicales con distintas combinaciones de instrumentos. En grabaciones y fotos antiguas se pueden apreciar los instrumentos utilizados para su interpretación: violines que se encargarían de la melodía; el cornetín para acentuar algunas frases; los clarinetes que compartían la melodía con los violines o rellenaban armonicamente o en contrapunto otras partes; el contrabajo para la base rítmica y armónica; y los bombardinos encargados del acompañamiento en la mayoría de la obra, excepto en el trío o merengue donde asumían el rol de solistas, luciéndose en la interpretación de esta parte de la danza donde se le permitía hacer gala de sus habilidades. El güiro, incorporado a su interpretacion en 1853, le imparte a la danza el sabor criollo y es parte indispensable en las agrupaciones, no importa la combinación instrumental que se utilice. Con el advenimiento de las bandas militares, más adelante se introdujo el uso de la caja redoblante ("snare drum") para complementar la parte rítmica en la interpretación de la Danza.

En esta histórica foto de 1882, aparece
el maestro Morel (sentado, tercero desde la
izq.) con su orquesta, La Lira Ponceña.
Bellas interpretaciones de danzas se han escuchado interpretadas por conjuntos de cuerda, donde uno o más cuatros puertorriqueños ejecutan la melodía, acompañados por guitarras y el imprescindible güiro. La "sinfonía de mano" ha sido también utilizada exitosamente infundiéndole un sabor muy particular a ciertas danzas muy apropiadas para ese instrumento.
La Danza es una música tan adaptable que, puede ser interpretada tanto por solistas, conjuntos pequeños, orquestas de bailes, bandas, u orquestas sinfónicas con resultados excelentes en todos los casos.

Desarrollo de la Danza

A pesar de que hubo otros compositores de danzas después de Morel, es opinión de los estudiosos que con José Ignacio Quintón (1881 - 1925) se cierra el ciclo principal de la danza. El reconocido musicólogo Amaury Veray divide el desarrollo de la danza en tres épocas: la de Tavárez (formación), la de Morel (plenitud) y la de Quintón (consecuencia).
La realidad es que luego de la muerte de Morel, la danza se fue debilitando y su arraigo en el público fue decayendo. En los últimos 50 años sólo tres danzas nuevas han alcanzado una popularidad notable: "Tu vives en mi pensamiento" de Eladio Torres, Añoranza - mejor conocida como Lo que yo quiero ser de Rafi Escudero y Verde Luz de Antonio Cabán Vale (El Topo). Otras formas de baile fueron desplazándola y llegó el momento en que muchos temieron por su desaparición.
Fue esta preocupación la que motivó el que ciudadanos conscientes de la valía e importancia de este género musical se dedicaran a realizar esfuerzos por concientizar al puertorriqueño para que la ame, la preserve y no la deje morir. A esos efectos Don Emilio E. Huyke compuso unos versos que dicen:

.

Jíbaro puertorriqueño
escucha mi voz sentida
que mi danza preferida
no se llama Vano Empeño.

Despierta ya de tu sueño
abre el ojo y cierra el pico
y oye lo que aquí te explico
si te cabe en la sesera
que cuando la Danza muera
habrá muerto Puerto Rico. 

Una de las primeras instituciones en tomar la batuta en la iniciativa por rescatar la danza fue el Círculo de Recreo de San Germán. En 1967 celebró su primer Certamen de Composición de Danzas, para alentar la creación de nuevas composiciones de este genero. Este certamen se ha institucionalizado y se celebra cada tres años. Más tarde, en 1970, siguió el Instituto de Cultura Puertorriqueña con la celebración de un certamen similar. El mismo se efectúa anualmente durante la Semana de la Música Puertorriqueña, la cual coincide con la fecha de nacimiento de Morel, el 16 de Mayo. De estos certámenes han surgido nuevas composiciones y nuevos compositores que realizan esfuerzos por mantener vivo este importante eslabón de nuestro patrimonio cultural. El movimiento leonístico también está realizando esfuerzos en esta dirección, destacándose el Festival Leonístico de la Danza que celebra el Club de Leones de Mayagüez desde 1980.
En mi opinión y la de muchos otros, la Danza ha trascendido ya su época de música popular y es en este momento un género que pertenece más a la sala de conciertos que a la sala de baile. A pesar de que es una forma musical corta, cuenta con muchos de los elementos principales de obras de mayor envergadura. Hemos visto con gran agrado como recientemente se han interpretado algunas Danzas Puertorriqueñas en el reconocido Festival Casals con gran aceptación del público. La producción de la nueva generación de compositores es de muy alta calidad y el público está comenzando nuevamente a valorarla, apreciarla y disfrutarla.
Si ajustamos nuestras expectativas a la realidad actual, viviremos conformes con que la danza no sea ya el baile de moda del momento. Mas bien debemos sentirnos sumamente satisfechos de que este genero haya trascendido su etapa popular y, a diferencia de otros géneros que una vez pasa su momento de gloria son relegados al olvido y desaparecen, ésta ha evolucionado a unos niveles más altos y es ahora, como dijeramos al principio, la máxima expresión de la cultura puertorriqueña
http://www.ladanza.com/danza.htm

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